Nos hizimos pareja de hecho en el más absoluto anonimato, un mendigo fué nuestro testigo por un bocadillo.
Mente inquieta y apasionada de la tecnología, con más de 16 años de experiencia como arquitecto .NET. Siempre en busca de nuevos retos, combina su perfeccionismo profesional con su afición por el cine, el deporte y el Real Madrid. Técnico, constante y generoso, convierte cada desafío en una oportunidad para mejorar y compartir.
Alegría en estado puro. Maestra de vocación, pone el corazón en todo lo que hace y siempre tiene una sonrisa lista para quien la necesite. Amante de los viajes, la comedia y los buenos ratos con amigos y familia, disfruta cada momento con entusiasmo contagioso. Cercana, divertida y generosa, es de esas personas que hacen que todo a su alrededor brille un poco más.
Queríamos mandaros a nadar con tiburones, sin jaula, sin protección… así a pelo, para que pudierais acariciarlos, darles de comer y vivir una experiencia inolvidable (sobre todo si faltaba alguna extremidad al volver). Pero resulta que en el Mediterráneo lo más peligroso que hemos encontrado son unos delfines con ganas de fiesta…
La idea era que experimentaseis la velocidad y la sensación de vuelo libre pero seguro. Buscamos, comparamos ofertas y valoramos mil lugares… pero justo al ir a pagar recordamos que alguien por aquí tiene vértigo. Así que, otro plan épico que se fue directo a la papelera. Nos toca seguir pensando qué podéis hacer...
Un viaje lleno de risas, torpezas y momentos que no sabíamos que íbamos a recordar.
Todo empezó cuando coincidieron en un lugar tan normal que ni ellos mismos recuerdan cómo fue. Quizá fue un café, quizá un “hola” casual, o simplemente un choque accidental de miradas mientras uno revisaba el móvil y el otro tropezaba con una maceta. El misterio sigue sin resolverse.
Decidieron salir y la cita fue una mezcla de risas nerviosas, “¿qué me pongo?” y un par de anécdotas para no repetir delante de la familia. El plan original incluía una maratón de películas románticas, pero acabaron comiendo pizza y debatiendo si “El Padrino” es o no un dramón.
Desde entonces han compartido aventuras, risas, algún que otro desastre culinario y un montón de series vistas hasta el amanecer. Y aquí seguimos, planeando el futuro con la misma ilusión y más memes que nunca.
Creemos que ha llegado el momento de cerrar una etapa. El nombre del grupo ya no encaja: esta actividad está más que superada (aunque probablemente necesitéis biodramina en vena). Por eso, y porque somos unos cracks, os hemos reservado una habitación coqueta y las entradas para... ¡El Caminito del Rey! Así que nada, id haciendo las maletas que os vais directit@ a Málaga. Y no os preocupéis, el vértigo también está invitado.